La selva amazónica es uno de los ecosistemas más importantes para nuestro planeta, se trata de uno de los pulmones del mundo. Contiene una biodiversidad que encontraremos en ningún otro bosque, haciendo de la misma un sitio mágico.
Durante los últimos años, la selva amazónica se ha visto gravemente dañada a causa de la acción humana. La deforestación y la desaparición de la fauna supone un grave peligro para nuestro planeta, y aquellos que lo habitamos. Según datos de Greenpeace, desde 1970, solo en Brasil se ha perdido una superficie forestal equivalente al territorio de Francia, siendo la ganadería el principal motivo.
La deforestación de esta selva se ha llevado a cabo por empresas, que no solo han causado graves perjuicios al medio ambiente, sino que además se han manchado las manos con la sangre de un gran número de personas. Poblados Indígenas masacrados y activistas asesinados. ONG como Human Rights Watch han puesto de manifiesto este tipo de crímenes que a día de hoy siguen sucediendo. La violencia y la violación de derechos humanos ha ido siempre de la mano de la deforestación de la selva amazónica. Por lo que no se trata sólo de un problema medio ambiental, sino de una lucha con muchos frentes abiertos.
Gran parte del suelo deforestado es empleado para el cultivo de soja, que posteriormente se transforma en alimento para animales. Nuestra dieta tiene por tanto un grave impacto en la degradación de la selva amazónica. Una dieta con menores cantidades de proteína animal sería idóneo, para contribuir a la preservación del medio ambiente.
Muchas personas piensan que ser vegetariano o vegano es absurdo o incluso insano, nada más lejos de la realidad, ya que para que un ser humano se encuentre en perfectas condiciones de salud no necesita consumir productos de origen animal todos los días, que es lo que sucede en muchos hogares, es mas, consumir productos animales todos los días puede causar enfermedades y no resultar nada beneficioso para nuestra salud. Si no se quiere llevar una dieta vegetariana o vegana, una de las opciones es ponerse un límite de consumo de productos animales semanal. Es decir, basar tu dieta en productos de origen vegetal y consumir carne o pescado 1 o 2 veces por semana. Esta opción sería totalmente sostenible para nuestra salud, además de resultar mucho menos perjudicial para el medio ambiente.
No obstante, la deforestación no solo tiene como fin último el cultivo para alimentar animales, también se comercializan sus pieles, además de la madera de las miles de hectáreas taladas. Por lo que la deforestación tiene un efecto en múltiples productos, ya bien sea de manera directa, como puede ser a través de la venta de madera de árboles de la selva amazónica, o bien de manera indirecta, cuando se comercializa una piel que proviene de vacas que han sido criadas en suelo que en su origen fue selva y ahora mero pasto.
¿Cómo podemos contribuir?
Entre las acciones que podemos llevar a cabo como individuos, de modo que contribuyamos a la preservación del medio ambiente:
Trata de hacer compras conscientes, para evitar el derroche de recursos, sobretodo con la ropa y comida y demás productos de consumo habitual. En cuanto a la primera, hay que tratar de comprar única y exclusivamente lo necesario, ya que no es una necesidad tener un armario repleto de ropa, y si es posible, compra en tiendas de moda sostenible, ya que la industria textil es una de los principales contaminantes de la tierra. En cuanto a la segunda, trata de no tirar comida, consume todo lo que compres y apoya los mercados locales. Otra iniciativa que puedes tomar es utilizar más el transporte público y menos el vehículo personal. Y siempre intenta aplicar la regla de las 3 R: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Toda pequeña acción puede suponer un gran cambio, pero se trata de un proceso, y todo proceso lleva su tiempo, por lo que no hay que desesperarse y seguir colaborando para mejorar el mundo en el que vivimos.
