El aguacate es la fruta de moda y parece que en la última década es imposible ir a un restaurante a desayunar y que la tostada con aguacate no sea el plato estrella del menú. Si bien a la hora del brunch o en una buena ensalada tanto la textura como el sabor del aguacate es realmente delicioso además de nutritivo. Lo cierto es que su popularidad se debe a su alto valor nutricional, pero ¿es el consumo de aguacate sostenible? El aguacate es una excelente fuente de ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados, potasio y vitaminas C,E y B6. Sin embargo, en muchas regiones del Sur del planeta la excesiva demanda de esta fruta causa crisis internas.
¿A qué se deben los conflictos por el aguacate?
México es el principal productor de aguacate del mundo, seguido de la República Dominicana, Perú y Chile. Conocido como “oro verde”, esta fruta se produce sobre todo en la región Mexicana de Michoacán, que con un incremento del 300% de demanda en los últimos años, ha exportado millones de dólares y más de 2 millones de toneladas de aguacates anualmente. Debido a las condiciones climáticas, el aguacate se cosecha en México durante todo el año, mientras que en países como Estados Unidos y países miembros de la Unión Europea es una fruta estacional. Es por este motivo que más de un 80% de los aguacates de Latinoamérica se acaban exportando.
Ya que el mercado del aguacate genera millones de dólares, la mafia Mexicana de la droga no ha dudado en intervenir en el negocio. Varios grupos de la droga luchan a día de hoy por el control de su cultivo generando la llamada “crisis del aguacate” que provoca pérdidas de dinero y ha derivado en actos de violencia contra agricultores vulnerables; llegando incluso a la intervención de la policía federal de México. Si bien en los últimos años esta situación ha mejorado, es un problema que aún persiste.
Impacto del aguacate en el medio ambiente
Por otra parte, el inmenso cultivo del aguacate agrava la crisis climática. A diferencia de un tomate que necesita 12,5 litros de agua para crecer, un aguacate necesita alrededor de 227 litros de agua. Además, para que crezcan, los aguacates necesitan luz solar y por ello mucho espacio en la tierra derivando en la deforestación y la erosión del suelo. Solamente en Michoacán se deforestan 20,000 hectáreas de bosques anualmente para la agricultura. Además, ha habido casos en los que se han provocado incendios a propósito para conseguir terrenos de cultivo. Combinando la deforestación con el excesivo consumo de agua que esta fruta requiere, las emisiones de CO2 aumentan y así el impacto en el medio ambiente es notable.
En referencia al impacto medioambiental, cabe recalcar que en términos de logística la gran cantidad de aguacates exportados a otros países también contribuye al calentamiento global. Tanto los barcos como los aviones liberan grandes cantidades de CO2 en la atmósfera. Por ello, el medio de transporte que se utiliza para transportar aguacates también marca una diferencia en su impacto al medio ambiente.
¿Cuál es la solución?
Entonces, ¿tengo que dejar de comer aguacate? No necesariamente.
Simplemente hay que tener en cuenta esta información ya que hay países en los que afecta más de lo que pensábamos. Aquí una serie de pasos que puedes seguir para tomar la opción más sostenible:
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Consumir conscientemente
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Comprar productos certificados
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Tener en cuenta el calendario de frutas temporales
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Tratar de mantenerlo local: En España, por ejemplo, se cultivan aguacates de muy buena calidad durante los meses de verano. Sin embargo, durante el resto del año convendría saber la procedencia de los aguacates que compramos.
¡Encuentra alternativas locales y te sorprenderás!
