Los guardianes de la ballena azul

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Reading Time: 7 min

Conocí a Michael Fishbach y a Delphi Waters en una tempestosa tarde de martes en Loreto, Baja California. Cada febrero y marzo, Michael y Delphi migran al sur, desde la costa este de los Estados Unidos, para estudiar a estas increíbles criaturas en su viaje a lo largo de la costa de la Baja California. Michael ha seguido de cerca la migración de las ballenas durante 29 años seguidos, y hoy es uno de los conservacionistas más importantes de ballenas azules del mundo. Junto con Delphi, dirige el programa Great Whale Conservancy y Global Whale Guardians™.

“Somos gente de ballenas azules. Pasamos bastante tiempo cerca de ellas.”

Blue whale in Loreto, Baja California shot with drone
Ballena azul capturada con dron por Delphi Waters.

La gente de ballenas azules es tan escasa como las ballenas azules, que de por sí son una de las especies más escasas del planeta. Loreto es uno de los pocos lugares en el mundo donde se pueden ver grandes cantidades de estas ballenas cerca de la costa, ya que la mayoría de ellas viven vidas solitarias en las profundidades del océano. Pero Michael no siempre se dedicó a las ballenas azules, sino que solía ser guía de montaña y tenista profesional.

“Hace unos 32 años, dirigía viajes de senderismo en Canadá, y uno de los lugares a los que íbamos para hacer excursiones en Quebec era un lugar en donde había ballenas, cosa que no sabía cuando empecé. Después de ese viaje, me di cuenta de que las ballenas nadaban en el río San Lorenzo. Así que conocí a toda la gente que estudiaba a las ballenas y me involucré en lo que estaban haciendo. Lo que hacían era muy emocionante, y en mi tiempo libre, hacía de voluntario con ellos. Una de las personas que trabajaba allí, Richard Sears, resultó ser la primera persona que estudió a las ballenas azules en el mundo.”

Junto con Richard, Michael empezó a viajar a Loreto para ayudar con la recogida de datos y con la investigación.

“Me di cuenta que el asombro y el misterio que sentía por las ballenas eran extremadamente fascinantes.”

Delphi Waters & Michael Fischbach
Delphi Waters y Michael Fischbach.

La ballena azul es el animal más grande que ha existido en la Tierra, más grande incluso que cualquier dinosaurio. Su corazón es del tamaño de un auto pequeño. Gracias a su tamaño y velocidad, no se enfrentaron nunca a ningún depredador natural hasta que los humanos las cazaron, casi hasta el borde de la extinción.

“En el Siglo XX se registraron 379.000 ballenas azules muertas, ahora quedan aproximadamente 10.000 en el planeta».

La caza de la ballena azul cesó cuando en 1986, 200 países firmaron la moratoria de la ballena azul. Sin embargo, las poblaciones de ballena azul a duras penas se han recuperado en 50 años. Entonces, ¿qué está pasando?

“Hace unos 32 años empecé a hacer investigación de campo sobre las ballenas, a recopilar datos… Fui aprendiendo más sobre los problemas a los que se enfrentaban, especialmente con las colisiones con barcos y los enredos».

Desde la moratoria de 1986, el tráfico en el océano se ha disparado: se calcula que 4,1 millones de buques pesqueros, 50.000 mercantes y 400 cruceros atraviesan los océanos cada día. El tamaño de los petroleros y cruceros dificulta que los capitanes cambien de rumbo una vez lo tienen fijado, lo que provoca muertes de ballenas invisibles en todas partes.

«Centrarnos en las colisiones con buques parecía ser la forma en la que realmente podíamos marcar la diferencia. Así que fundamos una ONG llamada Great Whale Conservancy, con la misión de ayudar a la difícil situación de las grandes ballenas del mundo, con especial énfasis en la ballena azul».

Alrededor del 97% de las colisiones entre barcos y ballenas no se detectan, porque la mayoría de las grandes especies de ballenas tienen flotabilidad negativa, de modo que, cuando mueren, se hunden inmediatamente al fondo del océano.

“Cualquier dato que se encuentre sobre las muertes de las ballenas debidas a colisiones no cuenta ni la más mínima parte de la historia. La mayoría de ballenas grandes que acaban muertas en la playa son probablemente víctimas de colisiones con barcos. Y esas cifras son una parte minúscula de los animales que son realmente golpeados. Y si no se hundieran, ¿adivinen qué? No estaríamos aquí sentados, porque tendríamos ballenas muertas flotando por todos los océanos del mundo, y el problema de las colisiones con los barcos se habría acabado hace tiempo, nadie se lo hubiera soportado.”

Cada vez son más las personas que empiezan a darse cuenta de la magnitud del problema, ya que, últimamente, han estado apareciendo grandes ballenas varadas en playas muy pobladas. En la costa de Nueva Jersey, sólo en los últimos tres meses, se han encontrado 23 cadáveres de ballenas. Sin embargo, los científicos se cuidan de afirmar la causa de las muertes, a pesar de que las necropsias indican que se deben principalmente a colisiones con barcos. De hecho, titulares recientes sugieren que se desconoce la causa de estas muertes.

“Cuando observamos que la población de las grandes ballenas no se está recuperando desde la era de la caza de ballenas, está muy claro que la solución más simple para ayudarla a recuperarse es eliminar las colisiones con los barcos. Y la única forma de estar seguros que lo estamos consiguiendo es separar a los barcos de las ballenas. Si se ralentiza la marcha de los barcos o se dispone de vigilantes, o se utiliza información sonora para intentar desviar a los barcos, todo eso puede ayudar, pero es indiscutible que si se separan a los barcos de las ballenas – y que ya no estén en el mismo lugar al mismo tiempo – se solucionaría el problema de los choques con barcos por completo.

whales and ship strikes

«Así que ese es nuestro enfoque. Creamos documentos de desvío colaborando con biólogos locales para recopilar datos de observación de las ballenas. También tenemos en nuestro equipo al capitán de un superpetrolero, que sabe muy bien cómo funcionan esos barcos: cómo se manejan, su gobierno, cómo se comunican con los puertos, cómo eligen sus rutas, qué hacen y qué no… Así que tomamos las zonas en las que sabemos que hay problemas de colisión con los barcos y recopilamos datos sobre las ballenas, y, luego, con ayuda de nuestro capitán de barco, creamos unos documentos de desvío que  llevan a los barcos a puerto de manera que eviten los hábitats críticos de las ballenas o sus zonas de alimentación. Es decir, separamos a los barcos de las ballenas.»

A lo largo de los meses que pasan aquí, en Baja California, Michael y Delphi realizan estudios científicos sobre las ballenas. Tras años de trabajo de campo con ballenas azules, su incomparable conocimiento de los animales y de sus comportamientos les permite vivir encuentros únicos. Es una gran parte del trabajo que valora Delphi.

“Lo que más me gusta de este trabajo es llegar a conocer realmente a cada una de las ballenas, como por ejemplo, sus características y comportamientos específicos. Todas tienen un lenguaje corporal diferente. Cuando tenemos seis o incluso ocho ballenas azules alrededor, podemos diferenciarlas a distancia, a menudo por su lenguaje corporal. Simplemente hacen cosas ligeramente diferentes cuando están en la superficie respirando.”

Este conocimiento tan profundo es valorado por la comunidad de conservacionistas de los océanos en general: a Michael y a Delphi recientemente se les unió el equipo de Sealegacy para filmar a estas increíbles criaturas. Sin embargo, los aficionados a las ballenas no son el público más buscado por Michael y Delphi, sino que están más enfocados en los directores ejecutivos de las compañías navieras.

“Queremos salvar sus vidas ahora. Así que la forma que hemos encontrado de hacerlo es acercándonos directamente a la industria marina y asociarnos con ellos”, explica Delphi. “Hasta ahora se han mostrado receptivos y dispuestos a ayudar. Así que en lugar de esperar años a que se resuelva una batalla legal, podemos empezar a salvar vidas de ballenas ahora al asociarnos con la industria marítima.”

Las ballenas son de vital importancia para la vida en la Tierra. Las ballenas se alimentan y luego expulsan heces ricas en nutrientes. Esta materia fecal rica en minerales favorece el crecimiento del fitoplancton, que produce un tercio del oxígeno del mundo. Esto crea un ciclo conocido como el bombeo de las ballenas. De modo que salvar la vida de las ballenas equivale a salvar vidas humanas, y Michael está firmemente convencido de que es posible salvarlas.

«Hemos descubierto que el sector marítimo se interesa de verdad y quiere ser parte de la solución. No quieren atropellar a estas ballenas y matarlas, así que hay grandes esperanzas de aliviar este problema. Los invitamos a que vengan aquí a ver las ballenas».

Delphi está de acuerdo: «Les damos una conexión con las ballenas».

Está claro que Michael cree que gran parte del cambio vendrá desde la conexión con la industria naviera.

«Si quieres ser capitán de barco, tienes que estudiar por años, y sin embargo no hay ninguna parte del plan de estudios que se enfoque en las ballenas. Por lo tanto, muchos tampoco saben nada del problema de las colisiones con barcos. Así que estamos intentando cambiar eso. Estamos trabajando activamente para que las ballenas y las colisiones con buques formen parte del plan de estudios, de modo que estas personas obtengan su título y sean conscientes de lo que está pasando. Así que tenemos esperanza».

El interés de Michael por resolver el problema de las colisiones con buques es lo que hace que su trabajo sea único y convincente.

“Sentí que estaba en una posición única para hacer una diferencia porque, en definitiva, si podemos detener en gran medida las colisiones con embarcaciones en todo el mundo, vamos a estimular un rebote de las poblaciones mundiales de ballenas, cosa que es muy necesaria para la salud del océano. Y un océano más sano es muy necesario para la salud del planeta. Quiero decir, tenemos el agua al cuello (con la connotación negativa). Si no mejoramos la salud de los océanos, nuestra propia supervivencia estará en peligro, y tener más ballenas es un componente importante para tener océanos más sanos.”

La labor de Great Whale Conservancy es una solución tangible para aliviar la muerte de ballenas. Su modelo refleja un cambio de tendencia en los esfuerzos de conservación: en lugar de demonizar a la industria marítima, conectan con sus emociones. Michael y Delphi creen claramente en la inclinación humana hacia la compasión y la colaboración. Su enfoque en estos valores es lo que creen que salvará la vida de las ballenas hoy en día.

Yo creo que lo harán. Su dedicación a su trabajo es realmente inspiradora. Aunque comprendo lo que les motiva: presenciar ballenas en libertad produce un sentimiento inexplicable de asombro que es genuinamente emocionante. Así que estoy segura de que las ballenas, con la ayuda de Michael y Delphi, también moverán las rutas marítimas.

 

Isabella Cavalletti es tejedora de historias y cofundadora de eco-nnect.

Este artículo fue traducido por Sarah Camhi. Hace parte del equipo de eco-nnect desde el 2020.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email

Subscribe to our newsletter

A two minute read that connects you to the week’s key environmental stories.

You may also like