El ritmo de vida que llevamos hoy en día no es sostenible a largo plazo. Nuestra manera de comer, de comprar ropa, de viajar… En general consumimos de manera innecesaria sin considerar los impactos que esto puede tener en nuestro futuro, y esto está acelerando cada vez más el cambio climático. Siempre existen maneras de colaborar individualmente y poner nuestro granito de arena en la lucha contra el cambio climático, y una de ellas es tratando de evitar el fast fashion.
¿Qué es fast fashion?
El concepto de fast fashion es la producción masiva de ropa de baja calidad, y a bajo precio, para la cual se suele emplear mano de obra barata (y normalmente explotada) en países en vías de desarrollo.
El fast fashion supone el 10% del total de las emisiones de Co2, un porcentaje alarmante y mayor de lo que emiten todos los aviones y transportes marítimos del mundo. Y es que si nos fijamos, resulta que la moda hoy en día cambia radicalmente de un año para otro, lo cual incita a la gente a estar constantemente renovando el armario, para así estar a la moda.
Esto último provoca otro problema adicional, y es la basura que produce la ropa. En el desierto de Chile existe el llamado basurero del mundo. A tan solo 12 km de la ciudad de Iquique existe un basurero inmenso que alberga aproximadamente 39 toneladas de ropa usada.
(Basurero cerca de Iquique)
Marcas como Shein, el grupo Inditex, Primark; Forever 21, C&A, Uniqlo, Topshop… colaboran a que este problema sea mayor cada año. Mucha gente no se para a pensar en este fenómeno y compra en estas marcas pensando en estar a la última, y que aparte de hacer ropa bonita, no es tan cara como otras marcas.
Opciones de marcas de ropa sostenibles
Hay muchas maneras de evitar la compra de marcas fast fashion. Desde hacer tu propia ropa, reciclar la que tienes en el fondo del armario, o vender y comprar de segunda mano. Pero si necesitas una prenda nueva, también puedes comprar ropa bonita y sostenible, de marcas “slow fashion”. Contrario al fast fashion, este tipo de ropa sí tiene en cuenta los procesos y los recursos para fabricar ropa. Es cuestión de un cambio de mentalidad, darle prioridad a la calidad y no a la cantidad, como ocurría hace 40 años.
Aquí algunos ejemplos de marcas slow fashion:
- Attire The Studio.
- Sidikai.
- Sonia Carrasco.
- I Owe You.
- Now Then Label.
- Pangaia.
- Reformation.
- Nudie Jeans.
Estas marcas son el comienzo de un cambio que sí se puede hacer. Cada vez existen más iniciativas verdes en el mercado, empezando desde la construcción, pasando por la alimentación, hasta el mundo de la moda. Muchos cometen el error de pensar que son las empresas quienes determinan el mercado, cuando en realidad son los consumidores quienes lo determinan. Por lo que si como consumidor decides no comprar más ropa fast fashion, optar por marcas sostenibles y ropa de segunda mano, estarás ayudando a encaminar el mercado de la moda en otra dirección, una dirección ecosostenible.
Aquí os dejo un artículo donde podréis encontrar más información sobre moda sostenible.