Restaurando Europa

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Una pieza clave de la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea para 2030, la Ley de Restauración de la Naturaleza es «la primera ley integral a escala continental de este tipo.» La UE publicó por primera vez la Estrategia de Biodiversidad para 2030 en mayo de 2020, parte de lo que llamó el «Pacto Verde Europeo», también denominado Plan de Inversiones para una Europa Sostenible (PEIS), una serie de propuestas y políticas con la ambición de que no haya emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 y que el crecimiento económico se desvincule del uso de recursos. Ante la amenaza de extinción de más de la mitad de los árboles endémicos de Europa, el deficiente o grave estado de conservación del 81% de los hábitats protegidos y el 63% de las especies de la UE, así como los fenómenos meteorológicos extremos de una crisis climática cada vez más grave, la UE sintió la necesidad de santificar la acción climática a través de la política.

Parque Nacional de Bialowieza en Polonia.

El 22 de junio de 2022, la Comisión Europea publicó la Ley de Restauración de la Naturaleza, una propuesta de objetivos jurídicamente vinculantes para recuperar los bosques, humedales, mares y paisajes que se han visto afectados negativamente por el desarrollo humano, haciendo especial énfasis en aquellos con mayor potencial para capturar y almacenar carbono, y que previenen y reducen el impacto de los desastres naturales. El objetivo es salvaguardar al menos el 30% de las tierras y el 30% de los mares de la UE designados como zonas protegidas. Al menos un tercio de estas zonas protegidas -incluidos todos los bosques primarios y antiguos que quedan- estarán bajo lo que se denomina como «protección estricta». La Ley tiene siete objetivos clave: aumentar las poblaciones de especies polinizadoras de cara al 2030; mantener zonas urbanas verdes; proteger la biodiversidad en los agroecosistemas; restaurar y rehumedecer las turberas (un tipo de humedal) desecadas; proteger los hábitats marinos; mejorar los sistemas fluviales; y regular las actividades forestales. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente declaró que la propuesta llega en un «momento crucial», destacando que «desde 1970, los humedales de Europa occidental, central y oriental se han reducido en un 50%», y en la última década, «el 71% de las poblaciones de peces y el 60% de las de anfibios han disminuido».

A medida que la propuesta fue revisada y modificada por los Estados de la UE y los diputados al Parlamento Europeo, surgió la oposición de grupos de presión agrícolas, pesqueros y forestales. El Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha y mayoritario en la Eurocámara, pidió que se abandonara la ley por su posible impacto negativo en los agricultores. También alegó que la Ley exigiría la destrucción de pequeñas ciudades para restaurar los ecosistemas. Esto llevó a CEOs y ejecutivos de más de 80 empresas -entre ellas H&M Group, IKEA, L’Occitane en Provence, Nestlé, Salesforce y Unilever- a instar a la UE a «adoptar normativas que promuevan la protección de la naturaleza, la restauración y el uso sostenible de los recursos naturales» y a «mantener, reforzar y hacer cumplir la legislación medioambiental existente para abordar juntos las crisis de la naturaleza y del clima». También afirmaron cómo «las empresas y las instituciones financieras dependen de la naturaleza» y la importancia de su papel en la transición hacia una economía que apoye y nutra nuestro medio ambiente. Esta postura fue secundada por el Foro Económico Mundial, que cree que la aplicación de estas políticas generará 10 billones de dólares en nuevo valor empresarial anual y creará 395 millones de puestos de trabajo de aquí a 2030.

Este año la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo se reunió el 23 de mayo, y su Comisión de Pesca el 24 de mayo, donde miembros del Grupo Identidad y Democracia; Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos; Renew Europe; y el PPE rechazaron todo el texto legislativo de la Ley de Restauración. Durante la ronda final de negociaciones del 31 de mayo, en la que se debatieron las enmiendas a la legislación, esta coalición de críticos consiguió debilitar el texto de la Ley en torno al no deterioro de los ecosistemas y la definición de zonas de «protección estricta».

La votación de la Ley de Restauración de la Naturaleza comenzó el 15 de junio en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo y, tras tres horas de debate, los votos quedaron empatados a 44 a favor y 44 en contra, estando prevista la votación final para el 27 de junio.

The Hemicycle of the European Parliament in Strasbourg during a plenary session in 2014.
El Parlamento Europeo.

El 20 de junio, el Consejo Europeo llegó a un acuerdo sobre una propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza. El texto revisado equilibra la ambición de la propuesta inicial con las enmiendas impulsadas por los críticos. Se acordó que la falta de datos sobre el estado de algunos hábitats dificultaba la cuantificación de su necesidad de mejora, por lo que las medidas cuantitativas de restauración sólo se aplicarían a las zonas en las que se conociera el estado de los hábitats. Esto llevó a la creación de un calendario para los hábitats desconocidos en el que los Estados miembros tendrán hasta 2030 para determinar el 90% de la superficie de los hábitats terrestres, y el 50% de los hábitats marinos. El estado de todos los hábitats deberá conocerse en 2040.

La Ley revisada fue votada por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, como estaba previsto, el 27 de junio. Una vez más, hubo empate a 44 votos a favor y 44 en contra, y la legislación se envió al Pleno, tal como había propuesto la Comisión Europea, con la recomendación de que se desechara en su totalidad.

El 11 de julio, el Parlamento Europeo debatió la Ley de Restauración de la Naturaleza, y el 12 de junio una votación, sobre si rechazar de plano la propuesta, tuvo 312 votos a favor, 324 en contra y 12 abstenciones, por lo que los debates continuaron y una votación final dio como resultado 336 votos a favor de la Ley, 300 en contra y 13 abstenciones. El Parlamento declaró que la Ley debería aplicarse una vez que la Comisión Europea haya proporcionado datos sobre «las condiciones necesarias para garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo y cuando los países de la UE hayan cuantificado la superficie que debe restaurarse para alcanzar los objetivos de restauración para cada tipo de hábitat». Esta enmienda fue criticada por los grupos Verdes.

Aunque el éxito de la votación es importante para la salud del medio ambiente, las enmiendas plantean una pregunta: ¿el plazo añadido supone un retraso necesario para reunir información sobre hábitats desconocidos o en realidad posibilita una mayor inacción? El compromiso de proteger y restaurar los hábitats conocidos sigue inspirando confianza en la viabilidad de la Ley de Restauración de la Naturaleza, y esperamos que su adopción dé lugar a medidas significativas en toda la Unión Europea.

Anton Rivette es escritor y fotógrafo. Dirige la narración de historias en eco-nnect.

Este artículo fue traducido por Sarah Camhi. Hace parte del equipo de eco-nnect desde el 2020.

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