«Los instrumentos regulatorios en México tienen su origen o en la ley de pesca o en la ley para la protección del medio ambiente. Históricamente, la industria pesquera siempre ha incidido en la normativa, al grado de que las leyes pesqueras fueron redactadas prácticamente por las empresas atuneras industriales, que por supuesto protegían sus intereses por encima de todo. Y en el caso de la ley de medio ambiente, bueno, esa ley se redactó en mi casa».
Conocí a Mario Gómez una agradable mañana de febrero en el restaurante del hotel La Catedral de La Paz, México. Estaba entre visitas importantes -una reunión con una comunidad de pescadores de tiburones de séptima generación en Agua Amarga y luego una intervención en la Conferencia Our Ocean en Panamá-, así que me sentí muy afortunada de cruzarme con él y su equipo y participar en su desayuno informativo semanal.
Mario dirige una multitud de organizaciones que trabajan juntas para lograr el mismo objetivo final: aumentar la cantidad de Áreas Marinas Protegidas (AMP) en funcionamiento en México. Todo empezó con su trabajo en la política pública en los años 80.
«En los 80 formé parte de un grupo de activistas, todos éramos amigos. Principalmente trabajábamos para proteger los bosques y selvas de México. En esa época pensamos que era necesario que el gobierno mexicano creara una Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y de Pesca. Así es como se formó Beta Diversidad, que es básicamente una ONG de presión política. Eventualmente a través de este trabajo gubernamental, fuimos parte del largo proceso que estableció la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México (CONANP). Este es el organismo gubernamental que ahora tiene la capacidad de operar y administrar las áreas protegidas de México. Dentro de éstas existen siete categorías diferentes: Área de Conservación Voluntaria; Santuario; Monumento Natural; Área Protegida de Recursos Naturales; Áreas Protegidas de Flora y Fauna; Reserva de la Biosfera; y Parque Nacional. Luego, dentro de nuestro grupo activista, cada uno eligió un área en la que centrar nuestro trabajo de política pública, yo escogí los océanos».
Cuando nos sentamos a desayunar, a Mario se le ve un carácter fácil pero dominante. Con la clásica hospitalidad mexicana, me ofrece cualquier cosa del menú. El equipo empieza a pedir todos los tipos de huevos disponibles. Somos 12 personas y, de vez en cuando, alguien pasa y se para a charlar con Mario. Está claro que es una figura muy admirada y conocida en la comunidad. Yo ya sabía que él había contribuido decisivamente a la creación del Parque Nacional de Revillagigedo (Revi), la mayor AMP (Área Marina Protegida) de Norteamérica en la que se prohíbe la pesca. Llevaba años soñando con explorar las bellezas submarinas de Revillagigedo. Revi está en la «bucket list» de todo buceador experimentado y encabeza la mía. Así que le pregunté cómo lo había conseguido.
«Hace seis años creamos el Parque Nacional de Revillagigedo. Dentro de las siete categorías de zonas protegidas, los Parques Nacionales son las más restrictivas, no se permite la pesca ni la actividad industrial. Revillagigedo es hoy una de las mayores áreas marinas protegidas del mundo, con una extensión de 147.933 kilómetros. Lo conseguimos porque demostramos al Gobierno que no afectaría a las comunidades pesqueras locales. El archipiélago de Revillagigedo está a 400 kilómetros al sur de Cabo San Lucas, los pescadores artesanales no van allí, ni tampoco los pescadores deportivos, sólo los grandes buques industriales atuneros y camaroneros. También realizamos un estudio para demostrar a la industria que sólo el 4,8% de sus capturas totales procedían de esa zona. Por supuesto, ahora los buques industriales pescan en el margen de la AMP y sus capturas han aumentado en general».
Las AMP son un tema controvertido dentro de la conservación de los océanos. Esto se debe a que se utilizan como instrumentos políticos más que para una verdadera conservación. Por ejemplo, en Europa, la pesca de arrastre de fondo, una de las formas de pesca más destructivas del mundo, sigue estando permitida dentro de las supuestas AMP. Esto es lo que distingue a Revi, donde no se permite la pesca en absoluto.
El archipiélago de Revillagigedo está en el Océano Pacífico, frente a la costa de Baja California Sur, y es el territorio más remoto de México. Compuesto por cuatro islas volcánicas y en pleno corredor del Pacífico, está repleto de vida: desde tiburones blancos, bancos de tiburones martillo, cientos de delfines, tiburones ballena, mantarrayas oceánicas y muchas especies de ballenas migratorias.
«Revillagigedo se considera un éxito de la conservación en todo el mundo. La AMP mide el cinco por ciento de la Zona Económica Exclusiva de México. Así que cuando se aprobó como un área súper rígida, de alta y total protección fue un ataque directo a la industria atunera y sardinera que había estado controlando la cámara de la industria pesquera durante las últimas cuatro décadas. No estaban acostumbrados a una prohibición total de la pesca, más bien la industria estaba acostumbrada a decidir dónde iban las subvenciones, fijar las cuotas, crear sus propias etiquetas sostenibles, etcétera… pero con Revillagigedo se sentó un fuerte precedente».
Muchas leyes pesqueras en Mexico sólo benefician a los intereses de la industria. Por ejemplo, un puñado de empresas conservan la plena exclusividad de ciertas especies altamente comerciales: sardinas, camarones y atún. A pesar de sus elevados ingresos, el sector también se lleva más del 80% de las subvenciones nacionales a la pesca. Por el contrario, el sustento de los pescadores artesanales mexicanos se ve amenazado por el marcado declive de las poblaciones de peces debido a los métodos destructivos de la industria. Todo el sistema fue escrito y diseñado para beneficiar a unas pocas grandes empresas y, al final, los pescadores locales de Baja California Sur son los que sufren las consecuencias.
Le pregunté a Mario si hay alguna forma de ayudar a los pescadores artesanales a acceder a más subvenciones.
«Sí, dirigimos una ONG llamada Depesca (Desarrollo Pesquero Sustentable). Depesca representa los intereses de los pescadores artesanales. Técnicamente ellos ya tienen acciones dentro de la confederación de pescadores, pero los industriales, los acuacultores y las autoridades también están en la confederación, así que la voz de los pescadores costeros está realmente disminuida. Y como no tienen recursos, no están se organizan. Mientras tanto, los industriales tienen dinero para la gestión, los grupos de presión y para convencer a legisladores, autoridades, etcétera… Así que la idea con Depesca es ayudar a los pescadores a organizarse. Sin embargo, en los últimos cinco años nos hemos centrado en una estrategia diferente, estamos intentando poner en marcha otra AMP, una reserva de la biosfera que abarcaría la costa de Baja California Sur, Dos Mares».
Una reserva de la biosfera es una categoría inferior al estatus de parque nacional. Esto significa que los pescadores artesanales podrían seguir trabajando, mientras que los barcos industriales no.
«Para ello, primero tenemos que convencer al comisionado de áreas naturales protegidas de que decrete una reserva de la biosfera, y la semana pasada nos dijo: «lo único que yo necesito es que los pescadores ribereños levanten la voz y me la pidan públicamente que la empiece a exigir». Entonces, lanzamos una campaña de comunicación para que el Comisionado de Áreas Naturales Protegidas, la Secretaría de Medio Ambiente, el Gobernador del Estado, y el propio Presidente, sientan que los pescadores se lo están pidiendo, pero es un proceso difícil.
«Básicamente, estamos haciendo una nueva reserva de la biosfera que hay que socializar, y socializar la reserva es muy complicado. Wendy Higuera es una líder en su comunidad, y en su comunidad la mitad la quieren y la mitad no la quieren, ni a Wendy, ni a la reserva. Así que estamos aprendiendo por qué ciertas personas tienen problemas con ella, y se debe básicamente a la falta de conocimiento y a la desinformación».
En la reunión semanal están presentes Wendy y Manuel (su marido). Se trata de dos pescadores locales de la zona de López Mateos, en Bahía Magdalena, a unos 300 kilómetros al noroeste de donde nos encontramos. Wendy lidera la campaña a favor de la reserva y es la Presidenta de Depesca. Vinieron en coche para visitar otra comunidad pesquera cercana a La Paz, Agua Amarga. Wendy está recorriendo Baja California, de pescador en pescador, con el fin de obtener el apoyo de la comunidad de pescadores artesanales para la Reserva de la Biosfera Dos Mares, explicando a los pescadores locales que su pesca aumentaría una vez implantada esta zona protegida. Wendy explicó cómo se beneficiarán los pescadores locales.
«Sabemos que conservando vamos a aumentar la masa de peces, vamos a mejorar nuestra pesca y vamos a aprovechar recursos que no hemos podido por los intereses de la industria. Así que estoy hablando con otras comunidades explicándoles que podemos utilizar nuestro equipo de pesca tradicional de forma responsable, que podemos utilizar nuestros barcos con fines turísticos en determinadas temporadas y que nuestra pesca será mayor. Les hablo en su idioma, de pescador a pescador, para que entiendan que, en realidad, la Reserva de la Biosfera eliminará la pesca industrial de nuestras costas y permitirá que nuestros peces se reproduzcan. Y que no queremos convertirlos a todos en operadores turísticos, queremos preservar su modo de vida, porque nuestra vida es la pesca».
La bahía de Magdalena, donde viven, es mundialmente conocida como una zona de cría de la ballena gris y por sus corridas anuales de sardina. El día anterior había visitado la famosa bahía y quedé impresionada por el comportamiento conocido como el «brinco de espionaje» y las actitudes amistosas de las ballenas grises (el «brinco de espionaje» es cuando una ballena saca la cabeza del agua para mirarte). Para alguien acostumbrado a las vacías aguas azules del Mediterráneo, MagBay parecía abundante. Les pregunté qué había cambiado en sus vidas, si es que había cambiado algo. Manuel respondió rápidamente.
«La industria camaronera empezó a pescar en nuestro pueblo cuando yo era bastante joven, cuando empecé a pescar. En esa época se podía pescar directamente desde la orilla y había muchísimas especies. A medida que aumentó la pesca de camarones, disminuyeron las especies. Los barcos camaroneros arrastran por la noche y tienen pequeñas redes de malla que se llevan todo por delante -almejas, tortugas, tiburones guitarra, estrellas de mar, pulpos, caracoles, peces pequeños-, todo se saca y se tira muerto por la borda al día siguiente, esto sigue y sigue y sigue, noche tras noche. Muchas de las capturas accesorias son juveniles y ni siquiera han alcanzado el tamaño de cría, lo que afecta enormemente a la reproducción de las especies. Nuestras poblaciones de peces se han reducido a la mitad y muchas especies han desaparecido». La industria camaronera tiene el peor historial de capturas accesorias del mundo: por cada libra de camarón capturado se tiran seis libras de capturas accesorias.
Wendy y Manuel han sido testigos del vaciado de los océanos. Su testimonio me recuerda una cita desgarradora de la Dra. Sylvia Earle, bióloga marina. En una entrevista reciente le preguntaron dónde estaba el mejor buceo del mundo. » En cualquier lugar en 1970″, respondió. Esencialmente, antes de la pesca industrial. Mario también habló de su trabajo.
«Wendy y Manuel están intentando difundir la información correcta y organizar a las distintas comunidades bajo un mismo liderazgo. Esperemos que esto resuelva la confusión sobre qué normas se aplican en una Reserva de la Biosfera y cómo pueden beneficiarse de ella. En última instancia, lo más importante para consolidar un área marina protegida es el proceso de aceptación y gobernanza de la comunidad que vive en ella, esto es lo que garantiza que el área protegida sea efectiva el día de mañana. La gestión del área natural consiste en que la comunidad la entienda, la gestione, la conozca y participe en su diseño.
«Por ejemplo, un gran problema es la cuestión de vigilancia. Es imposible que los gobiernos pongan un policía en cada árbol para evitar que lo maten, es imposible que cada arte de pesca haya un inspector. Lo que hay que hacer es fortalecer a la comunidad de tal manera que participe en los procesos de vigilancia y la autoridad simplemente reaccione ante las ilegalidades. Pero estar persiguiendo de manera permanente es imposible. O sea, el mar es tan extenso que económicamente es inviable, hay que formar estos comités de vigilancia comunitaria una vez que estén organizados, una vez que se construya el liderazgo.»
Le pregunté a Mario qué más hay que hacer para que se ponga en marcha la Reserva de la Biosfera Dos Mares.
«Existe un proceso para dar vida a una reserva. Primero hay que realizar y presentar un estudio justificativo que exige la ley. Eso lo hace la CONANP junto con la fuente, que en este caso es Beta Diversidad. Y ese estudio, porque contiene toda la información legal, técnica, ecológica, biológica, económica, social, turística, etcétera, es muy complejo. Ahora estamos sometiendo ese estudio a la consideración del nuevo comisionado para que su equipo lo revise, y en él pueden participar u oponerse un gran número de instituciones, especialmente científicos.
«Cuando decretas una reserva o un área natural protegida, normalmente tu enemigo natural es el industrial de la pesca y la autoridad pesquera. Sin embargo, en este caso tenemos una buena cantidad de ONGs financiadas por la industria pesquera o que trabajan por los intereses de la autoridad pesquera. Se dedican a la conservación, pero a través de los recursos y los intereses de la industria pesquera… Hay científicos que trabajan para la industria pesquera y hay científicos que trabajan para la conservación. Los que trabajan para la conservación tienen menos reconocimiento porque la industria ha invertido mucho más en sus científicos y los ha puesto de modo que puedan influir directamente en los instrumentos de la política pesquera, las leyes, los reglamentos. Así que ahora tenemos que asegurarnos de que el estudio cuenta con el apoyo de los intereses adecuados y de que se desenmascare a los científicos dudosos».
Porfiria Gómez termina el hilo de las reflexiones de Mario, que es interrumpido por una llamada telefónica. Porfiria trabaja para Orgcas, otra ONG creada por Mario. Orgcas está dirigida por un grupo de 14 mujeres que transforman comunidades locales de pescadores de tiburones en operadores turísticos. Orgcas coordinó la reunión entre Wendy y la comunidad de Agua Amarga.
«Iniciamos el proceso hace cinco años, cuando llegó el nuevo presidente de México, López Obrador, que es quien tomará la decisión final. Sin embargo, el Secretario de Medio Ambiente ha cambiado ya tres veces, otras tantas el Comisionado, entonces cada vez que se producen estos cambios importantes, tenemos que volver a empezar las gestiones legales. Al mismo tiempo, estamos llevando a cabo todo el trabajo con las comunidades y estableciendo la revisión científica, por lo que este año es muy importante, porque el año que viene volvemos a tener elecciones y no podemos arriesgarnos a otro cambio en el liderazgo. Tenemos que asegurarnos de que la Reserva de la Biosfera cuente con todo el apoyo en los próximos seis meses».
Si se aprueba, la Reserva de la Biosfera Dos Mares llevaría a México a su objetivo de proteger el 30% de sus océanos para 2030, al tiempo que apoyaría a las comunidades pesqueras locales. Desde hace décadas Mario y su equipo navegan en un mar de intereses económicos y políticos creados dentro de un país paralizado por la corrupción y la compleja burocracia. Su dedicación, valentía y gran esfuerzo me dan esperanzas para futuras AMP, devolviendo a los océanos su estado glorioso y creando al mismo tiempo un modelo que pueda aplicarse en todo el mundo.
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Isabella Cavalletti es tejedora de historias y cofundadora de eco-nnect.
Este artículo fue traducido por Sarah Camhi. Hace parte del equipo de eco-nnect desde el 2020.